miércoles, 2 de abril de 2008

Lisandro

Publicado por Graciela María Casartelli
en: vidareflexioniespaña
en la Sección "Luna"


Tu pequeña mano dentro de la mía,
me infunde coraje, me llena de amor;
del fondo del alma brota la ternura
y envuelve la vida a mi alrededor.
Cuando te aprieto en un hondo abrazo,
y tu calorcito me inunda la piel,
hijo de mi hijo, me cubres de besos,
que tienen un dulce saborcito a miel.
Dices que me amas y dentro del pecho
la dicha más honda comienzo a sentir,
estando a tu lado olvido la angustia,
pues vale la pena contigo vivir.
Tu mirada tierna me envía mensajes
del amor inmenso que sientes por mí
y que correspondo con todas mis ansias,
pues mis esperanzas hoy las tengo en ti.
Te amo con todas las fuerzas de mi alma,
quisiera por siempre estar a tu lado
cubrirte de besos, cuidarte con ansias,
tenerte conmigo, mi nieto adorado.
La vida nos puso difíciles pruebas,
llevándose al hombre que te diera el ser
crecerás solito, sin tener un padre,
que siempre a tu lado, te ayude a crecer.
Él era mi hijo y el dolor es grande,
pero seré fuerte para que mi amor
te cubra de todos los males que puedan,
cruzar por tu senda, y darte dolor
.


Marga Mangione

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MALVINAS I

2 de Abril "Día de las Malvinas Argentinas"

Están allá, perdidas, del mundo en los confines,
su figura semeja en el mar recortada,
la silueta danzante de alegres serafines.
Pero todo es tristeza para quienes amamos,
su tierra mancillada por ajena bandera,
y de solo pensarlo, de amargura lloramos.
Y hoy, el suelo querido que extraños pies hollaron,
guarda en su seno inerte como un cofre gigante,
los cuerpos arrasados de valientes soldados.
Ya no pueden las madres, poner sobre sus tumbas,
la flor del homenaje que póstumo tributan.
Eran casi unos niños cuando se los llevaron,
y hoy sus cuerpos reposan debajo de la turba.
Pero cada argentino llevará eternamente,
Muy adentro del íntimo alhajero del alma,
las imágenes duras de la salvaje guerra,
donde cientos de hijos, murieron de repente.
Porque no se repita lucharán las mujeres,
y los hombres unidos fundirán sus conciencias,
las amaremos siempre desde nuestras entrañas,
pero para tenerlas, no
queremos la guerra.
Ya llegará el momento en que Dios poderoso,
se ocupará de darnos lo que nos pertenece,
y será para siempre nuestro, el suelo precioso.
Él nos dará la tierra, que adorna nuestros sures,
para curar la herida que duele eternamente,
y para bien de todos, su mano que protege,
evitará la muerte de nuestras juventudes.
No habrá más sangre nuestra perdida y derramada
por guerras fratricidas, inútiles
y atroces.
y entonces para siempre nuestro orgullo argentino,

se elevará en un canto de millones de voces.

Marga Mangione

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