lunes, 27 de octubre de 2008

Pintura de barrio



3º Premio Café Literario "Un sol en la Poesía"
Sociedad Italiana Giuseppe Verdi de Bernal


Ochava y esquina
farol y cortada,
la luna se arrastra
sobre el callejón.
Perfume a malvones,
casas desparejas
un perro que ladra,
luna y emoción.


Veredas angostas
parral y glicinas,
aroma a jazmines
se oye un bandoneón.
El alma desborda
al oír el tango,
que inunda la noche
compadre y dulzón.


Los viejos vecinos
sentados afuera,
la pava y el mate
radio y novelón.
Los chicos que corren
jugando a la mancha,
gritos, y a lo lejos
se oye una canción.


Pintura de barrio
de un tiempo lejano,
calor y ternura
sueños y pasión.
Recuerdos queridos
que a mi mente llegan
sembrando nostalgias
en mi corazón…


Marga Mangione

Todos los textos de esta página
están protegidos por los derechos de autor

¿QUÉ IMPORTA QUE LLUEVA?


1º Premio Categoría Poesía en el
Vigésimo
Certamen de Poesía y Prosa -2008-

CASA DE LA CULTURA MUNICIPAL “AMI DIAZ”
Mitre 46- C.P. 612 Jovita-Córdoba
Tel. 03385 498612/221/109 - e-mail

culturajovita@yahoo.com.ar


Llueve y hace frío…
La casa es un nido
donde corren nietos,
que entre juego y risas
alegran mi vida,
me llenan de dicha,
y alientan mi espera.
La estufa encendida
reúne en su fuego,
toda la familia
y en mi alma ruego,
que siempre esté unida,
que siempre los tenga.
Llueve y hace frío…
¿Qué importa que llueva?
¿Qué importa ese frío,
que a otros desvela?
Si adentro de casa,
estando tan juntos,
la paz nos inunda,
la vida está plena.
¿Qué importa el invierno?
¿Qué importa si el viento,
furioso se cuela?
¡Estoy tan contenta
si los nietos ríen,
si están tan felices,
si dichosos juegan!
La casa es un nido
sin odio y sin penas,
donde están mis hijos,
donde soy abuela,
donde nada falta,
donde el tiempo vuela.
¿Qué importa otra cosa,
que suceda afuera?
Importa la risa
de mis tres diablitos,
si alguno se esconde
bajo mi pollera.
A través del vidrio
veo que la gente
presurosa pasa,
el ceño fruncido;
rumbo a su destino,
rumbo a sus quimeras.
¿Qué importa la gente,
que pasa y se aleja?
Yo estoy en mi casa,
feliz y contenta,
atrapada y libre;
reina y prisionera.
¿Qué importa la vida
que transcurre afuera?

Llueve y hace frío…
¿Qué importa que llueva?
Lo único importante:
¡Es que yo los quiero,
y que ellos me quieran!

Marga Mangione


Todos los textos de esta página
están protegidos por los derechos de autor

A Raquel ( 12/8/95 )


Publicada en Cuadernillo Taller Literario
de la Secretaría de Cultura y Educación
de la Municipalidad de Berazategui - año 1997


Hoy se durmió;
en el sueño de lo eterno,
y se marchó,
muy lejos de este invierno.
Dulce Raquel
que allá en el infinito,
estés con Él,
y en su entorno bendito.
Mi corazón,
te querrá eternamente.
Y en mi razón,
siempre estarás presente.
Fuiste mi amiga
y eso es decir bastante,
mi buena amiga
noble, leal y constante.
Amable y tierna
siempre de buen humor,
sonrisa eterna,
a pesar del dolor.
Yo te saludo
con un adiós pequeño.
Y un hasta siempre,
que no turbe tu sueño.
Tal vez un día
me reencuentre contigo,
y esté de fiesta
tu corazón amigo.
A Dios le pido
que te guarde a su lado,
y te convierta
en un ángel alado.
Te lo mereces
¡porque has sufrido tanto!
Que hoy haya risas,
donde ayer hubo llanto.
Adiós amiga:
espérame en el cielo...
Yo iré a buscarte
en cuanto inicie el vuelo.


Marga Mangione

Todos los textos de esta página
están protegidos por los derechos de autor

domingo, 10 de agosto de 2008

A HOMERO MANZI (Canto de ausencia…)



Versos escritos con algunos de
los títulos de sus tangos...


En un Canto de ausencia, hoy Te lloran mis ojos,
mientras que Desde el alma, se agranda mi dolor.
Hoy mi Barrio de tango se Duerme en el silencio
rememorando el tiempo en que tuve tu amor.


La Lluvia,
echó a la Luna, y destiñó El paisaje,
ya no habrá Desagravio, por tu Abandono atroz,

Más allá
del olvido, esa Gota de lluvia,
me trae la remembranza de Tu pálida voz.


Después
de tu partida, encerrado en mi cuarto
tras Horizontes ciegos de desesperación,
mientras que me repito No te engañes nunca,
le pregunto a los cielos ¿Dónde irás ilusión?


Esa Pluma de nido que se dejó olvidada,
en aquella Tapera que ayer nos cobijó,
hoy no vendrá a buscarla, aquella Triste paica,
que yo amé con locura, y que me despreció.


Un Torrente de penas, que este Viejo ciego,
se derrama en un Tango, muy sensible y tristón,
mientras voy mordiendo esa Fruta amarga,
que aumenta la angustia de mi corazón.


Se Hermana a mi pena, la Pena mulata,
mientras yo me pregunto: ¿Por qué me has herido?

Mariana:
tu cuerpo De barro y de hastío,
me sumió en la locura, y hoy estoy perdido.


De ayer a hoy
mi vida, fuiste transformando
en un páramo helado que atravieso sin luz
soy un Gato escaldado que de todo se asusta,
un Monte criollo y triste, que corona una cruz.


Así es el tango
lento que atraviesa mi historia
mientras bebo cansado Mi taza de café,

¡Dale, dale!
destino que en esta Pampa luna,
detrás de mis ventanas un día moriré.


De mi casa a tu casa,
he abierto un sendero,
de huellas muy tristes, de odio y rencor,
¡mentirosa y Romántica, bella como Ninguna,
que me llenó de penas, y me enfermó de amor!


Recién
voy Recordando que Fuimos solamente
un trozo de amargura, un resto de pasión;

El último organito,
de una tarde lejana,
donde Esquinas porteñas, vuelcan su desazón.


Un Arrabal perdido entre tardes de invierno,
donde un Fueye se escucha monótono y dulzón,

Monedas de poeta,
de Oro y plata bañadas,
Pianito de juguete
, que una niña olvidó.


Mañana zarpa un barco,
cargado de amarguras,
porque rumbo al olvido, sola te embarcarás,
y te juro que un día, al evocar mis besos,
en tu lejano exilio, Llorarás, llorarás.


Una Milonga triste, sonará en mi guitarra,
y Una lágrima tuya sin querer rodará,

Tal vez será mi alcohol,
enturbiando mi vida,
Tal vez será su voz,
que me atormentará.


En el Sur de mi vida, Sosteniendo recuerdos,

La serenata gaucha
aumentará el dolor,
un canto A su memoria, inundará la noche,
cuando vaguen perdidas La mariposa y la flor.


Soy Eufemio Pizarro, y ella fue mi Malena,

Carnavalera
linda, pedazo de arrebol.
Valsecito de antes
volviendo del pasado,
Ropa blanca
que al viento, va secándose al sol.


Se ha alejado olvidando al que fue en otros tiempos
un humilde y sencillo Muchacho de cafetín,

Pajarito
vencido que agoniza en su jaula,
Bettinotti
payando su triste berretín.


Parado en El pescante de mi gastado carro,
con mi Matungo arcaico voy rumbo al corralón,
el Cornetín no suena porque mi Manoblanca,
ya nunca se detiene bajo el viejo balcón.


El Romance de barrio, que unió nuestros destinos,
un Veinticuatro de agosto nos separó a los dos,
ya no existe en la cuadra, tu casa y tu sonrisa,
tu mirada profunda, y el rumor de tu voz.


Las noches provincianas
en las que nos amamos,
bailando un Tango de antes, del gran Discepolín,
hoy se encuentran perdidas entre la espesa bruma
donde el destino ingrato me enrosca su piolín.


Nombré setenta y siete, de los tangos de Homero,
quedan cuatro milongas, que no pude agregar,

Sentimental, Puente Alsina, y la de los Fortines
y esa del Novecientos, que nunca he de olvidar.


Tampoco está en mis versos, esa Negra María,
que no cumplió quince años, ni oyó Ché Bandoneón,
ni un candombe muy raro llamado Calún Gangué,
ni el tango dedicado al famoso Ramayón.


Si me olvido de alguno, que Manzi me perdone,
y el que lea estos versos, disimule mi error,
he buscado sus obras, con paciencia y empeño;
y escribí esta poesía, con esfuerzo y amor.


Marga Mangione

Todos los textos de esta página
están protegidos por los derechos de autor


domingo, 11 de mayo de 2008

LUCERO


Bello lucero que en el firmamento,
reencarnas mi lejano pensamiento.
Que siempre igual, eterno como el mundo,
me abismas en ensueños muy profundos.
Yo te evoco en los días de la infancia
y me invaden recuerdos y fragancias.
Luego la juventud, que en sus albores,
me ofrecía a la vez, deseo y temores.
Borracha de esperanzas y de anhelos,
te hablaba de ambiciones y desvelos
y en las noches serenas del verano,
desde el portal, te tendía la mano.
Dulce lucero, te guiñaba un ojo
y te contaba en prosa algún antojo...
Hoy a través del tiempo y la distancia,
muertos todos mis sueños y mis ansias,
a pesar de arrastrar una cadena,
por el triste dolor que me condena,
cuando en la noche puedo contemplarte,
y sé que nunca dejaré de amarte,
me invade una ternura milagrosa,
y a pesar de la angustia, soy dichosa.
Hay mezclados en mi alma sentimientos,
duelo, alegrías, placeres y tormentos,
algo que con palabras no se expresa
y que colman mi pecho y mi cabeza.
Porque yo sé, que se me fue la vida,
en medio de congojas y de heridas,
y aunque he sufrido en carne propia tanto,
y he derramado muchas noches llanto,
mientras mis ojos suban a mirarte,
aunque no tenga nada que contarte,
la muda sensación me maravilla,
si veo en el cielo que tu silueta brilla.
Ya no me siento sola si te miro,
porque cuando hacia ti la vista giro.
imagino el reflejo de un diamante,
allá en el firmamento tan distante.
Se me antoja que el fulgor es solo mío
y en mágico y delirante desafío,
lucero amado, penetras en mi alma,
que solo en ese instante, encuentra calma.


Marga Mangione

Todos los textos de esta página
están protegidos por los derechos de autor

RENACER

Publicado ECEI antología - 1998



Con una mueca sutil
la luna me hacía un guiño
mas en mi mente febril,
hacía gala el desaliño.


Las estrellas cual diamantes
se descolgaban del cielo
y mis lágrimas brillantes,
rodaban lentas al suelo.


Ya la noche se pasaba
ella lucía su belleza
yo más sola me quedaba,
toda empapada en tristeza.


De pronto la claridad
comenzó a aparecer
y noté la realidad,
del nuevo día nacer.


Salió el sol todo de fuego
y me inundó con su luz
pedí perdón en un ruego,
y me olvidé de mi cruz.


Marga Mangione

Todos los textos de esta página
están protegidos por los derechos de autor

domingo, 4 de mayo de 2008

TORBELLINO


Torbellino que enloquece
mi corazón deprimido;
angustia de estar tan sola,
dolor de sueño perdido.


Sentir muy dentro del pecho
como un tizón encendido;
que lo perfora y lo ensancha,
y lo deja dolorido.


Batir de parche en las sienes
pena de pájaro herido;
llanto que cubre mi alma,
y detiene mis sentidos.


Estoy así por tu culpa
tu olvido me ha enloquecido;
nunca más seré feliz,
tan solo porque te has ido.


Pero no quiero que vuelvas,
prefiero que estés perdido;
en las penumbras del tiempo,
donde te llevó el olvido.


Ya no quiero tus mentiras,
porque jamás me has querido;
es mejor el llanto a solas,
que el engaño compartido.


Marga Mangione

Todos los textos de esta página
están protegidos por los derechos de autor