miércoles, 30 de enero de 2008

COMO LA LUCIÉRNAGA


3º Premio Concurso
Carlota de Dominico 2006



"Anímate a ser como la Luciérnaga,
y descubrirás que en tu vida hay un
poco de luz para iluminar a otros”

René Juan Trossero

Astros titilantes brillan en las sombras
de la negra noche donde me he perdido.
Mientras los observo, ajenos, distantes,
entre las penumbras de mis desvaríos,
no puedo alejarte de mis pensamientos
que obstinados vuelven, a lo que se ha ido.
Y otra vez pregunto: ¿por qué me dejaste?,
si juraste amarme con loco delirio.
Y no hallo respuestas que puedan librarme,
de toda la angustia de este cruel destino.
Los astros lejanos alumbran la noche,
desde el negro espacio, tan ciegos, tan fríos,
de tanta belleza haciendo derroche,
mientras al mirarlos yo ignoro el estío.
Y tiembla mi cuerpo que añora tus brazos,
y tus dulces besos, que creí tan míos.
Los preciosos astros que adornan el cielo,
con su indiferencia, haciéndome guiños;
¿estarán tan solos, como yo me siento?
¿O serán felices con su raro sino…?
Alumbrar a otros con su luz radiante,
solos, en el hondo vacío infinito.
¿Podré aprender en mi negra vida,
a irradiar fulgor hacia quién me mira?
¿O iré indiferente, hundida en el tedio,
perdida en la angustia del horrible hastío,
que dejó tu ausencia, y yo, no domino?
¡Ah, cómo quisiera que la providencia,
con su azar fortuito viniera en mi auxilio!
Pero sigo a solas con mis pensamientos,
que absurdos y necios, tercos y malignos,
me llenan las venas de un gélido fluido,
que congela mi alma, si no estás conmigo.
Con rabia pregunto, aunque no hay respuestas,
¿dónde está la luz que hoy necesito?
¿Seré como un astro negro y deslucido,
que sólo refleja la luz de otros astros,
y no tiene suyo, ni un mínimo brillo?
¿Tu me habrás robado en tan poco tiempo,
el rayo esplendente con el que he nacido?
No quiero perderlo, y busco dentro mío,
un débil reflejo de lo que he tenido.
Pero no lo encuentro porque en ese sitio,
solo está tu nombre, ansiado y perdido.
Deseando que vuelvas opaco mis horas,
sin asumir nunca, que aún no he vivido,
que tengo luz propia, que hay otros caminos.
Que el amor que muere nunca resucita,
y hay amores nuevos en otros destinos.
Como la luciérnaga que vuela en las noches,
buscando el amor, ajena al peligro,
¡voy a encontrar luces donde hoy hay vacío!
Lograré arrancarte de mis pensamientos,
y construiré un mundo, donde reine el brillo….

Marga Mangione

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